El 11 de agosto de 2025, Zahara de los Atunes y su entorno despertaron envueltos en humo y preocupación. Un violento incendio forestal, originado en la zona de la Cueva del Moro, en la Sierra de la Plata, se propagó con rapidez debido a las altas temperaturas y al fuerte viento de levante. En apenas unas horas, las llamas se extendieron hacia Atlanterra, Tarifa y la Montaña de los Alemanes, obligando a evacuar a más de 2.000 personas y poniendo en jaque a uno de los entornos naturales más valorados de la provincia de Cádiz.
Aunque no hubo víctimas mortales, el susto fue mayúsculo. Junto a las concentraciones urbanas de Atlanterra y Los Alemanes, Zahara de los Atunes, conocida por su tranquilidad, su cocina marinera y su turismo sostenible, se convirtió en el epicentro de una emergencia que dejó más de 300 hectáreas calcinadas en plena temporada alta. Pero más allá del fuego, lo que ha brillado con fuerza ha sido el espíritu de este pueblo: pequeño en tamaño, pero inmenso en corazón.
Un incendio de gran magnitud y una respuesta ejemplar
El incendio fue declarado de tipo nivel 1 por su proximidad a núcleos habitados. Las autoridades activaron el Plan Infoca, con más de 14 medios aéreos y varias brigadas forestales sobre el terreno. También intervinieron Guardia Civil, Protección Civil, Policía Local y voluntarios, todos coordinados para evacuar zonas de alto riesgo, entre ellas:
- Urbanizaciones de Atlanterra Alta y Baja
- Viviendas y villas de los Alemanes
- Parte del litoral cercano a Tarifa
Entre los evacuados, había familias enteras, turistas y trabajadores de hostelería que fueron trasladados a puntos seguros como el CEIP Miguel de Cervantes en Zahara, que tras ser habilitado por los funcionarios del Ayuntamiento de Zahara de los Atunes, funcionó como centro de acogida.
Reacciones en tiempo real: Zahara no está sola
Las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo, actualizaciones en directo y gestos de solidaridad. Usuarios locales, negocios y turistas compartieron vídeos del humo desde las playas, mensajes de evacuación y peticiones de ayuda.
A su vez, Zahara es conocida por recibir a personajes del mundo del arte, la televisión y el deporte que eligen esta costa por su discreción y belleza natural. Durante el incendio, varias figuras públicas se manifestaron:
El chef José Andrés, presente en Zahara de vacaciones durante el incendio, compartió en sus redes sociales su preocupación, sin dejar de agradecer a los bomberos y la Guardia Civil por su rápida intervención: “Una gran labor de todos”.
Increíble el trabajo de los bomberos @Plan_INFOCA trabajando sin cesar….BRICA Y RETENES manteniendo el perímetro del incendio….y evitando que se rearme el fuego y se acerque a las viviendas…@juntaAndaIucia pic.twitter.com/bm5rSCNoGB
— Chef José Andrés 🕊️🥘🍳 (@chefjoseandres) August 12, 2025
La actriz y empresaria Paz Padilla, vinculada a Zahara, cerró sus negocios (la tienda NoNiNá y el chiringuito El Trompeta) como muestra de prudencia “mientras el incendio siga sin estar controlado”
Estas muestras de apoyo ayudaron a visibilizar la situación y canalizar atención mediática.
La gran evacuación: logística, refugios y solidaridad
La evacuación masiva fue ordenada, rápida y bien organizada, pese a las dificultades. Vecinos ayudaron a ancianos, familias cedieron espacios en sus casas y varios negocios locales ofrecieron comidas calientes y agua y apoyo logístico con el transporte.
El corazón natural de Cádiz, herido pero vivo
El incendio afectó especialmente a la zona forestal de la Sierra de la Plata, parte del corredor verde que conecta con el Parque Natural del Estrecho y Los Alcornocales. Se estima que más de 300 hectáreas de pinar, matorral mediterráneo y zonas de biodiversidad han sido afectadas.
Grupos ecologistas como AGADEN han pedido reforzar los planes de prevención, limpiar cortafuegos, y aumentar la vigilancia en épocas de alto riesgo.

Aunque el incendio es un duro golpe para el entorno natural, Zahara de los Atunes sigue en pie. Sus playas, su casco urbano y sus servicios no han sido dañados, y el ambiente veraniego ya empieza a recuperar la normalidad.
Este incendio no solo deja cicatrices en el paisaje. También dejó una huella emocional en quienes aman esta tierra. Pero si algo ha quedado claro, es que Zahara de los Atunes no se rinde. Atlanterra no se rinde. Tarifa no se rinde.
De las cenizas, surge la oportunidad de reconstruir no solo los bosques, sino también el compromiso colectivo por proteger uno de los enclaves naturales más valiosos del sur de España.
Porque un pueblo pequeño con un corazón inmenso, puede con todo.